viernes, 16 de agosto de 2013

Mi llamado

Algo que he aprendido esta semana y puedo confirmarlo es que, el llamado de Dios es algo que no puedes negarlo. Por más que trates de esconderte, decir que no tienes tiempo, que aún no es el momento y de repente un millón de excusas más que pueden pasar por tu cabeza, Dios siempre te recordará lo que realmente tienes que hacer y para qué realmente tienes que vivir. Definitivamente es mi caso.

Desde muy pequeña empecé a sentir afición hacia la música. Mis padres y abuelos cantaban, lo cual me da a entender que genéticamente estaba predispuesta a tener también esos gustos. Recuerdo claramente que a los 3 años canté una canción con mi papá en un culto de la iglesia. Aún recuerdo la letra y la melodía. Decía algo así como "Quiero alabarte, quiero exaltarte, levantar mis manos ante tí, Señor... Hoy mi vida rindo y tu senda sigo, has de mí un siervo, Señor. Con todas mis fuerzas, toda mi alma, con mi mente y mi ser... Con mi corazón te amaré, Señor". Estoy segura que Dios puso mucha atención en la letra y desde ese día no he dejado de cantar... Es algo que simplemente me encanta hacer! Poco a poco no sólo fui cantando, sino también salía de mi boca melodías nuevas! Estaba empezando a componer? Bueno, parece que si! Sucedía que en cualquier lugar empezaba a componer canciones, pero a falta de lápiz y papel y bueno, una grabadora, muchas de esas canciones quedaron en el olvido. Tendré 6 canciones escritas, las cuales no las olvido pues me tomé el tiempo de grabarlas para no olvidarlas. Dios permitió que mis padres me apoyaran y permitieran que desarrolle el talento musical metiendome a clases en el coro y muchas cosas más.

Cuando tuve 15 años, empecé a servir en el ministerio de Adolescentes en la Alianza de El Agustino, donde asistía desde pequeña. Me encantó trabajar con este grupo de gente decidida a hacer locuras por Cristo. Dios empezó a poner esa chispita en mi corazón que esto no se puede quedar ahí. Tenía que hacer algo más... Tenía que prepararme para cosas mayores, así que decidí empezar a llevar cursos libres en el Seminario Bíblico Alianza. A medida que iba pasando el tiempo mis prioridades cambiaban. Gracias a Dios estudio en la universidad, tengo un trabajo que disfruto, pude participar en mi musical favorito de Broadway, mi familia ha sido restaurada y... y que! Yo qué estaba haciendo? Donde estaba esa pasión de buscar la voluntad de Dios para mi vida? Donde estaba esa chispa de querer seguir capacitandome y sirviéndole a El? Definitivamente, miro atrás y si, hice cosas increíbles que ni yo me hubiera imaginado pero, perdí el tiempo haciendo otras cosas y no lo que Dios realmente me llamó a hacer: cantar y componer para El. Dios me permitió recordar esto en un campamento al que fui a apoyar en Arequipa, el cual fue un viaje no planeado, pero definitivamente, la mano de Dios se movió para que esté ahí. Tuve la oportunidad de cantar y ministrar a los jóvenes por medio de la canción. Fue una sensanción increíble! Realmente extrañaba hacerlo... Definitivamente es tiempo de tomar decisiones acerca de mi futuro, no afanarme por lo que pueda venir, vivir día a día confiando que los planes de El son mucho más sublimes que lo que yo puedo imaginar...